Pancracio apareció colgado del cuello a las 19:45.
No pudo resistirlo más, “el que lo sostiene todo” se vio afligido por la pobreza y la fortuna no le sonrió en los juegos de azar.
Decidido pues, tomó la soga y como la serpiente del paraíso, la enrolló sobre su cuello para terminar así con una vida que no le gustaba.
El forense dictaminó: "Hora de la muerte, las 8:27."
