No había dejado de llover en las dos últimas semanas, el agua había arrastrado las caricias, los besos y los buenos recuerdos…
Ninguno de los dos quería mirar atrás .
Ninguno de los dos quería recordar “Whit or without you”.
Y los recuerdos no querían ser evocados.
El agua caía sobre la bolsa de viaje mientras ella habría el portón del automóvil.
El sonido del motor marcaba los compases de la monotonía que había inundado la relación y, el tintineo de las gotas al chocar contra la chapa del coche se confundía con el sonido de las lágrimas golpeando la piel.
Cerró la puerta de un golpe seco.
Miró una vez más y no pudo encontrar aquello que tiempo atrás habíamos formado.
Mientras ella se marchaba seguía lloviendo.
