A veces las historias se presentan en tu casa y entran sin llamar. Eso mismo me ha ocurrido a mi hace tan sólo unas horas.
Como en esas películas de Capra, a las que nos tiene acostumbrados la programación televisiva navideña, ha llegado hasta el bar un personaje de cuento, un tejedor de historias , un “andador” de vidas.
Se presentó con su gorra calada, su mochila a la espalda y un paraguas en la mano que le confería cierto aire de caballero andante.
“Un café con leche” han sido sus primeras palabras. Después me ha contado que venía andando desde Guadalajara en dirección Villarcayo al encuentro de un trabajo en la Finca Romeral .
No había mucho que hacer así que hemos comido algo, hemos tomado café y hemos charlado sobre su pueblo de Cáceres. Un pueblo de esa zona llamada Las Hurdes y que tan bien supo reflejar Buñuel en la película “Tierra sin pan”.
“Buñuel, ese si que fue un hombre bueno y supo enfrentarse a la censura” comenta mientras sorbe un caliente caldo que comparte conmigo.
Mientras va entrando en calor relata como pasó la noche metido entre las alpacas de un campo de Soria o los cinco días que lleva sin comer y más de doscientos kilómetros a las espaldas.
Se hacía la hora de coger el autobús a Burgos. Con calma, se ha colgado su mochila al hombro y apoyándose en su paraguas ha emprendido el viaje , no sin antes, agradecerme la atención con un bonito apretón de manos.
A veces, sin esperarlo, llega alguien y en un momento te alegra el día.
Ese alguien hoy se llama Reyes Ribero.
“Suerte en tu viaje”.
(la foto pertenece a la serie Cuba).
